Puedes leer el artículo abajo o bien escúchalo narrado por Gaby aquí:
Casi siempre una tendencia de consumo cuenta el surgimiento de nuevos hábitos y pocas veces cuando un comportamiento es erradicado. Por ejemplo, la tendencia de bienestar emocional, trajo para muchas personas el hábito de meditar unos minutos por la mañana y estar preparado para las emociones del día. En ocasiones, la llegada de una tendencia no crea un hábito, sólo cambia, como por ejemplo, la forma en la que hacemos las compras de la despensa. Antes la única forma era ir a la tienda y hoy ya es posible pedir todo lo que necesitas desde tu celular estando incluso atrapado en tu coche en medio del tráfico de la ciudad. El hábito, hacer las compras, es el mismo, pero se modifica la forma para conseguirlo. Las tendencias de consumo pueden también provocar la eliminación de un hábito, como lo es, el uso del popote, como decimos en México, pajita en España y Argentina o pitillo en Colombia.
Seguramente has visto bastantes iniciativas para eliminar el uso de este producto que de pronto nos pareció innecesario y que sólo aumenta la cantidad de basura en el planeta. Para las personas realmente preocupadas por el medio ambiente, dejar de usar el popote fue un hábito que abandonaron hace ya varios años, pero el momento en el que masivamente empezamos a hablar del tema fue en 2016 cuando circuló un video en internet (ver abajo) en el que unos biólogos marinos encontraron una tortuga en Costa Rica con un popote incrustado en una de sus fosas nasales. En el video se puede ver cómo intentaban retirar el plástico de unos 10 cm de longitud mientras la tortuga sangraba y se quejaba de la molestia. Algunos protestaron argumentando que al removerlo le hacían más daño a la tortuga, otros decían que de haber dejado el popote adentro, el animal hubiera eventualmente muerto a causa de ello.
Evidentemente la reflexión más notable de este evento es la cantidad de basura que hemos permitido que termine en el mar y otros ecosistemas dañando la vida misma. ¿Sabías que el 40% de la basura plástica en el océano proviene de plástico de un solo uso?
En nuestro TrendAcademy enseñamos cómo un INFLUENCIADOR no sólo es una persona, también son los eventos como este video que sin duda aceleró la preocupación de esta desafortunada práctica del ser humano y de nuestra vida “moderna”.
Hoy ya existen distintos movimientos abanderados por celebridades del mundo del cine y campañas de asociaciones civiles e instancias de los gobiernos para cuestionar el uso del popote. 2018 es el año en el que las soluciones empiezan a aparecer. Distintas compañías han dicho que dejarán de usar popotes de plástico en sus productos. Lo dijo el fabricante de los jugos Boing en México, Starbucks lo hará a nivel mundial, American Airlines en Estados Unidos, McDonald’s en el Reino Unido y así estoy segura que veremos más y más compañías uniéndose a estos planes. Ya es incluso una medida de ciudades como Seattle que han prohibido que restaurantes utilicen los popotes de plástico.
No nos damos cuenta, pero el popote es un artículo nuevo en nuestras vidas. Tiene unos 130 años que se inventó para beber agua de las fuentes públicas y evitar el contagio de enfermedades. Hace 100 ya se hacían de papel para un uso más cotidiano y fue en los años sesenta en donde el papel fue sustituido por el plástico, para este y otros artículos como las bolsas del supermercado, por ser un material más resistente y más barato. Fue entonces cuando inició la era de la fabricación y uso desmedido del plástico para los empaques de productos de consumo.
Ciento treinta años no son nada si consideramos que la cuchara, por ejemplo, ha sido parte de la vida del ser humano por miles de años. La primera evidencia data del año 1000 antes de Cristo en Egipto.
¿Es tan difícil imaginarnos una vida sin ellos?
El cuestionamiento del uso del popote plantea un reto que le atañe a las dos partes esenciales de un mercado: las empresas y sus consumidores.
Para las empresas el reto es que actúen de una forma responsable y que las soluciones para sustituir popotes de plástico realmente disminuyan la cantidad de basura que generan con sus empaques. Dejar de usar popotes de plástico no debe ser un argumento mediático para quedar bien con sus consumidores pues los popotes son sólo un indicador, que cuestiona y nos recuerda la gran cantidad de materiales que terminan en la basura después de ser usados una sola vez o sólo para proteger o transportar un producto. Esa es la discusión que debe estar en la mesa de los ejecutivos: cómo disminuimos los materiales que envuelven el café, el jugo, o cualquier producto que vendemos, y no sólo cómo responder a las campañas del uso del popote. Porque cambiarlos por papel o por otro material, ¿realmente disminuye la cantidad de basura? o ¿es una solución a medias pues sólo se genera mejor calidad de basura?.
Para los consumidores, el reto es que pase del discurso y que pasemos a la acción. Que no nos quedemos en el “slacktivism” como se conoce en inglés o activismo online en donde sólo firmamos peticiones en internet o usamos #salvemosalmar en nuestras fotos de la playa. De la misma forma que las empresas deben hacer grandes cambios, como personas no podemos asumirnos ser responsables sólo porque le decimos al mesero “sin popote por favor”. Debemos percatarnos de lo absurdo que es usarlo, tan absurdo como usar el elevador para subir uno o dos pisos.
Los popotes no desaparecerán, pues así como el elevador que es de gran ayuda para quienes tienen dificultad al ir a pie por las escaleras, también son muy útiles para ciertos pacientes que no pueden beber directamente de un vaso. Pero a nivel masivo, creo que es momento de demostrar qué tan maduros somos como consumidores. ¿Podremos abandonar un hábito o es una hábito demasiado cómodo que invertiremos en buscar al mejor sustituto? ¿Convertiremos al popote en otro cubierto a poner en la mesa? ¿Será tan imprescindible como una cuchara? ¿Será otro artículo a llevar en la bolsa como algunos proponen?
Todas las propuestas asociadas a esta tendencia como como también es el sustituir bolsas de plástico por tela o separar los residuos, son oportunidades de oro que tenemos como consumidores para exigirnos a nosotros mismos un cambio. Erradicar el hábito de los popotes es muy sencillo de lograr. No nos están pidiendo que dejemos de usar el auto, que si bien es necesario, es más complicado lograrlo de tajo. Como consumidores nos hemos vuelto muy exigentes con las empresas y los gobiernos, pero también debemos vigilar nuestro propio comportamiento y ser rigurosos con nosotros mismos.
También es una ocasión donde podremos demostrar nuestra agudeza y experiencia para saber leer los medios e identificar que eliminar los popotes es sólo una propuesta para un cambio de hábitos más grande.
Recuerda que puedes escuchar este artículo narrado por Gaby Arriaga aquí: